¿Estudiar en Verano? si… pero no…

¿Estudiar en Verano?
Si... pero No...

La llegada del verano suele poner a las familias en la tesitura de si seguir manteniendo rutinas de aprendizaje o si durante las vacaciones hemos de cerrar libros y olvidarnos de todo lo que nos recuerde al cole. Lo ideal es conseguir un equilibrio que les permita disfrutar de estos días al máximo pero que no les haga olvidar ciertas rutinas para que el regreso tampoco sea traumático.

Te damos algunas pautas.

 

Total desconexión durante al menos 15 días

¿Cuándo un adulto/a coge vacaciones se conecta durante “solo media horita” al trabajo para no perder sus rutinas? No (y si lo haces repiénsalo porque no es muy sano).

Los y las peques tienen derecho a desconectar totalmente. A olvidarse del cole, de los deberes, de las tablas de multiplicar, de la caligrafía… El cerebro necesita “oxigenarse” del estudio para recargar pilas y afianzar conocimientos. Por eso se establecen tiempos de descanso y hay periodos de vacaciones cada cierto tiempo en el cole. Si no nos tomamos estos momentos de desconexión dejamos de ser productivos en nuestro aprendizaje.

Pero ojo, no se trata de pasar todo el verano sin hacer nada de nada. Lo que os proponemos es un tiempo prudente de total (o casi total) apagado del estudio formal. Este puede rondar entre las 2 y 3 semanas y con eso los y las peques tienen tiempo para recargar pilas y vivir la plena sensación de estar de vacaciones.

Eso sí, no se trata de estar 24 horas ahora delante de tablets, ordenadores, televisión… Es el momento de hacer actividades al aire libre, visitar lugares, alimentar nuestra imaginación, leer…

 

Pasado este tiempo podemos establecer un momento al día o cada dos días para repasar. Podemos utilizar libros de actividades de verano para no tener que utilizar los del cole. Siempre les resultará más atractivo y prácticamente todas las editoriales basan estos libros en el temario oficial, por lo que estarán repasando lo que ya han estudiado en el aula.

Estudiar En Verano

Con rutinas pero flexibles

Si tienes peques ya sabrás que la ausencia de rutinas por lo general no les hace más felices. Al contrario, les puede producir estrés, apatía, frustración…

Es importante que establezcamos un pequeño horario que les permita saber que van a hacer durante el día, y que sea un horario más o menos estable durante las vacaciones. Eso sí, sin olvidarnos de que son momentos especiales y que hay que ser flexible a la hora de poder introducir cambios. Por ejemplo, es importante mantener una rutina de sueño. 

 

 

Ellos y ellas siguen necesitando descansar un mínimo de horas, y más en verano donde consumen mucha energía física. Es normal que se acuesten algo más tarde, pero tenemos que tener una hora límite donde deben descansar. Esta rutina nos la podemos saltar algún día si estamos en las fiestas del pueblo, o haciendo una actividad especial durante alguna noche, pero no es bueno que cada día se acuesten a una hora diferente por norma, porque les puede llegar a afectar.

El ratito de “deberes de verano” es preferible que sea por la mañana, cuando están más descansados. Por ejemplo después del desayuno y antes de hacer actividades de esparcimiento como ir a la piscina, la playa, los chorros del parque… Tampoco es bueno que le dediquemos demasiado tiempo a que estén sentados escribiendo. Hay que adaptarlo a la edad. 

Aprendemos otras cosas

Debemos recordar que cualquier lugar o situación es una buena ocasión para aprender algo nuevo o comprobar y reforzar lo aprendido durante el curso.

Las vacaciones son un momento ideal para, por ejemplo, aprender valores como la corresponsabilidad en las tareas del hogar, ser más ordenados, cuidar la naturaleza, especialmente cuando salimos a la playa o al campo… Esto también es aprender.

También el valor de la familia. En verano solemos tener más tiempo para pasar con ellos y ellas, estamos menos estresados… es un momento ideal para estrechar nuestros lazos haciendo actividades juntos como salir con las bicis, nadar, juegos con el balón… Con esto también les ayudamos a ejercitar su cuerpo y vencemos la tentación de pasarnos el día tumbados en el sofá.

 

Aprendemos de otras formas

La psicomotricidad fina, por ejemplo, podemos trabajarla haciendo pulseras y collares de abalorios.

La escritura (ortografía, caligrafía, gramática…) a través de escribir nuestro propio diario de las vacaciones. En él también podemos pegar recuerdos como las entradas de la peli que hemos visto en el cine, o el ticket del libro que nos hemos comprado, o las fotos que nos hayamos hecho durante el verano…

Repasamos ciencias con lo que observamos, como los ecosistemas, el clima, tipos de animales. Podemos repasar geografía viendo en un mapa donde vamos a ir de vacaciones, a que comunidad autónoma pertenece, que rio vamos a visitar…

 

Ni que decir visitando museos, exposiciones. La gran mayoría tiene visitas preparadas para los y las peques, con actividades interactivas para que les sea mucho más divertido.

En definitiva, hemos de dejarles disfrutar del verano e intentar que lo que tengan estudiar o repasar sea de una forma sosegada y tranquila. Y siempre teniendo en cuenta que son niños y niñas… ¡Dejémosles disfrutar de ello!