Tips para desarrollar el hábito del orden

¿Te has parado a pensar en la cantidad de tiempo que ocupas intentado que tu hijo o hija recoja sus juguetes o mantenga en orden su habitación? 

¿Cuántos conflictos tenéis al cabo de la semana (o del día) para que su mesa, su cuarto, se mantenga con un mínimo de orden?

Y al final, bien sea por tiempo, bien porque pensamos que son muy peques o por evitarnos una discusión, los padres o las madres terminamos recogiendo y ordenando el desorden que dejan a su paso.

Pero hay algunas técnicas que te pueden ayudar en esta labor y te alejen de la desesperación.

 

Así que si quieres asumir el reto ¡te invitamos a que sigas leyendo!

Desarrollar El Hábito Del Orden

¿Te has parado a pensar en la cantidad de tiempo que ocupas intentado que tu hijo o hija recoja sus juguetes o mantenga en orden su habitación? 

¿Cuántos conflictos tenéis al cabo de la semana (o del día) para que su mesa, su cuarto, se mantenga con un mínimo de orden?

Y al final, bien sea por tiempo, bien porque pensamos que son muy peques o por evitarnos una discusión, los padres o las madres terminamos recogiendo y ordenando el desorden que dejan a su paso.

Pero hay algunas técnicas que te pueden ayudar en esta labor y te alejen de la desesperación.

 

Así que, si quieres asumir el reto ¡te invitamos a que sigas leyendo!

Desarrollar El Hábito Del Orden

La importancia del orden en los y las peques

La creación de hábitos en niños y niñas es muy, muy importante en su desarrollo. Y el hábito de ser ordenado mejorará muchos aspectos en su vida, porque si eres una persona ordenada y disfrutas de un entorno ordenado el estado de ánimo y la misma estructura mental se inclinará también al orden y se verán favorecidos.

Entre las consecuencias positivas de que los niños y las niñas sean ordenados podemos mencionar:

  • Al ordenar sus juguetes o ayudar con las tareas del hogar tienden a crecer más responsables y favorece su autoestima.
  • Se logra un ambiente de bienestar, armonía y equilibrio, por lo que le apetece más estar y disfrutar del lugar donde se encuentran.
  • Permite un mejor aprovechamiento del tiempo, al encontrar las cosas con rapidez.
  • Al establecer un orden, estimulamos también en el niño o la niña el orden en las ideas, desarrollando la lógica y la coherencia y por tanto.

¿Cuándo iniciar el hábito del orden en los y las peques?

Debemos tener claro que, lo más habitual, es que los y las peques tiendan a ser desordenados, y es tarea de sus papás y sus mamás ayudarles y acompañarles para conseguir serlo.

Lo mejor, es empezar cuanto antes. Y con eso queremos decir, que el mejor momento para comenzar con esta tarea es cuando tienen entre los 0 y los 3 años, porque es una edad en la que aprenden rápidamente.

Aunque pensemos que es demasiado pronto, que no entenderán lo que se les pide, o que no tienen la capacidad de hacer ciertas cosas, resulta ser el momento más apropiado, porque su cerebro es una esponjita y es más fácil establecer cierto orden y que crezcan viendo estos hábitos como lo natural.

Desde esa corta edad se les puede ir enseñando a meter sus juguetes en cajas y que asocien recoger con orden. En estas edades es importante hacerlo a modo de juego, pero con frases cortas y precisas, que señalen con exactitud lo que se espera que hagan “Guardalos muñecos en la caja, por favor”.

¿Cómo conseguir que sean ordenados?

Cómo ya hemos comentado, la mejor estrategia para conseguir que las niñas y los niños aprendan a ser ordenados es a través del juego. Haz que su proceso sea divertido, invítalo a recoger todos sus juguetes por ejemplo en el tiempo en el que cantas una canción. Haz que lo recoja por colores, primero todo lo que tenga rojo, luego los juguetes que tengan azul…

¡¡Que recoger y ordenar no sea un castigo!!

Pero tenemos otros truquitos.

Cómo ya hemos comentado, la mejor estrategia para conseguir que las niñas y los niños aprendan a ser ordenados es a través del juego. Haz que su proceso sea divertido, invítalo a recoger todos sus juguetes por ejemplo en el tiempo en el que cantas una canción. Haz que lo recoja por colores, primero todo lo que tenga rojo, luego los juguetes que tengan azul…

¡¡Que recoger y ordenar no sea un castigo!!

Pero tenemos otros truquitos.

Sé un ejemplo a seguir:

Los niños y niñas aprenden mejor por imitación, repiten lo que ven. Sabes que la “coherencia” es una de nuestras máximas. Un papá o una mamá que deja sus cosas por todos lados, un hermanito o hermanita mayor que no recoge sus juguetes… son el mejor aliciente para que el peque o la peque no sea ordenado/a.

Los papás y las mamás no pueden pedir algo que no están dispuestos a hacer ellos/as mismos/as. Si tú eres ordenado ¡tu peque también lo será! porque sencillamente los peques imitan el comportamiento de papá y mamá. Sé un modelo de orden que tus peques repliquen.

 

Un orden accesible.

Es importante tener cada cosa en su sitio y tener un sitio para cada cosa.

Facilítale ser ordenado/a poniendo las cosas a su alcance y de una forma segmentada, por ejemplo por medio de cajas que pondrás a su altura para que puedan hacerlo de forma autónoma. Déjales libertad para que decidan como desean ordenar e incluso pueden clasificar o etiquetar las cajas: una para peluches, otra para puzzles, otra para libros…

Un orden accesible.

Es importante tener cada cosa en su sitio y tener un sitio para cada cosa.

Facilítale ser ordenado/a poniendo las cosas a su alcance y de una forma segmentada, por ejemplo por medio de cajas que pondrás a su altura para que pueda hacerlo de forma autónoma. Déjales libertad para que decidan cómo desean ordena e incluso pueden clasificar o etiqueta las cajas: una para peluches, otra para puzles, otra para libros…

 

Establecer rutinas sin parecer autoritario

También es conveniente repetir sistemáticamente la tarea. No vale un día ordenarlo todo y mañana no hace falta que recoja nada. Repetir la tarea hace que la interioricen. Puedes ayudarte de una tabla de rutinas donde ellos y ellas podrán ir marcando la tarea que han realizado.

 

Reconocer y recompensar

Tampoco podemos olvidarnos de reconocer su esfuerzo. Estamos de acuerdo en que no se trata de comprarles para que hagan su tarea ni de alabarle constantemente por cumplir con sus responsabilidades, pero puedes visibilizar que han hecho la tarea, por ejemplo, a través de simples frases: ¡El cuarto está muy ordenado! ¡Qué gusto da entrar en tu habitación!

Ellos y ellas necesitan saber que están haciendo las cosas bien.

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